lunes, 6 de febrero de 2017

ERROR FATAL EN INSEMINACIÓN

El Supremo ha confirmado el fallo de la Audiencia de Las Palmas que en mayo de 2016 condenó al Instituto Canario de Infertilidad (ICI) a resarcir con 315.000 euros a una mujer que acudió con su marido a ser inseminada de éste, pero dio a luz gemelos de padre desconocido.
En declaraciones a este periódico realizadas este lunes, tras adelantar el domingo en exclusiva CANARIAS7 la sentencia del Supremo, la madre de los gemelos ha señalado: "Ha sido un proceso muy duro".
Numerosos medios de comunicación se han hecho eco de la resolución judicial.
Como se recordará, la Sala de lo Civil del Tribunal Supremo ha inadmitido a trámite el recurso presentado por el Instituto Canario de Infertilidad (ICI), una clínica privada de fecundación in vitro de Las Palmas, contra la sentencia de la Audiencia de Las Palmas que en mayo del año pasado, en trámite de apelación, condenó a la entidad a indemnizar con un total de 315.000 euros a una vecina del sudeste de Gran Canaria y a sus dos hijos gemelos, por el error colosal con el que fueron concebidos: en 2007, ella acudió al ICI para ser fecundada con el semen de su marido –que no podía hacerlo de forma natural, pues estaba vasectomizado– . Ella entregó sus óvulos y él su esperma –extraído de sus testículos mediante  una biopsia realizada por un urólogo–, pero en algún momento hubo una fisura en la cadena de custodia. El cigoto introducido en el vientre de la mujer fue generado por semen desconocido. Crió a gemelos con el esperma de un donante anónimo.
En consecuencia, sus hijos no sólo no son de su pareja, sino que ni ella ni los gemelos, un niño y una niña que actualmente tienen 13 años, sabrán nunca quién es el padre.
¿Cómo se descubrió que el padre no era quien creía serlo? Era la pregunta del millón, y estuvo sin respuesta hasta que el pleito llegó a la Audiencia: en el hospital, una enfermera le había revelado a él que los hijos no podían ser suyos. Era imposible, pues los padres eran RH positivo y los bebés RH negativo. Pero se lo calló.
La desgracia adquirió dimensiones estratosféricas cuando, a los dos  años de matrimonio, en enero de 2009, la pareja se separó –al parecer por cuestiones no relacionadas con el secreto– y ella interpuso demanda de guarda y custodia y alimentos contra quien suponía que era el padre de sus hijos. El 16 de junio de 2009, en la vista judicial de la demanda, él aportó un certificado de Balagué Center que deniega su paternidad sobre los gemelos. El juez lo confirma con un análisis forense de ADN, y deniega a la madre cualquier auxilio.
Tuvo que criar a los niños sola, y bajo acusación de adulterio.
NOTICIA DE CANARIAS 7

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