Las personas se cuentan solo una vez en el caso de estar incluidas en más de un indicador de riesgo de pobreza y/o exclusión social de los mencionados anteriormente. Este indicador no se aplica a las personas de 60 y más años y se incluye información del porcentaje de personas en riesgo de pobreza y/o exclusión social según la Estrategia Europa 2020 por grupos de edad, por tipo de hogar, por quintil de renta y tipo de hogar, según situación laboral, según nivel de educación, según país de nacimiento.
martes, 7 de noviembre de 2017
Pobreza en Canarias (I)
Una vez más Canarias aparece como
una de las regiones más pobres de España. Concretamente Canarias es la Comunidad Autónoma con
mayor riesgo de pobreza y exclusión social con una tasa del 44,6% de la
población, según el VII informe 'El Estado de la Pobreza. Seguimiento
del indicador de pobreza y exclusión social en España 2008-2016' de la Red Europea de Lucha contra la Pobreza
y la Exclusión Social en el Estado Español (EAPN-ES), NOTICIA
El concepto de riesgo de pobreza y/o exclusión social se ha
ampliado para considerar no solo los términos monetarios (nivel de renta), sino
utilizando un concepto multidimensional para definir la pobreza y/o exclusión
social, incorporando los tres subindicadores siguientes:
Las personas se cuentan solo una vez en el caso de estar incluidas en más de un indicador de riesgo de pobreza y/o exclusión social de los mencionados anteriormente. Este indicador no se aplica a las personas de 60 y más años y se incluye información del porcentaje de personas en riesgo de pobreza y/o exclusión social según la Estrategia Europa 2020 por grupos de edad, por tipo de hogar, por quintil de renta y tipo de hogar, según situación laboral, según nivel de educación, según país de nacimiento.
Y una vez más se ha disparado la discusión
sobre qué parámetros se utilizan para determinar tal nivel. Resulta paradójico
a ojos de mucha gente que los niveles de pobreza sean tan altos, resulta
incomprensible. Es obvio que el concepto de pobreza, en cierta manera, es
subjetivo. Más allá de la objetividad material se encuentra la propia percepción
que uno tenga sobre su nivel económico. A eso se suma la estimación que se
pueda tener con respecto al lugar donde se resida. Pero no cabe ninguna duda
que señalar que en Canarias el 45 por ciento de la población se encuentra
dentro de esos márgenes nos debe llevar a una reflexión urgente sobre las
causas y motivos de ello, máxime cuando resulta difícil de entender para el
común que estemos en una situación extrema, y no se tenga esa percepción en la
ciudadanía. Mucho se ha hablado sobre este último aspecto, unas importantes
transferencias sociales, la solidaridad familiar, un alto consumo, son
indicadores que ayudan a comprender esta disonancia entre la realidad
estadística y la percepción social al respecto.
Es necesario conocer de qué
modo se establecen esos parámetros.
- tasa de riesgo de pobreza después de transferencias
sociales
- carencia material severa de bienes
- hogares que presentan muy baja intensidad laboral. Las personas se cuentan solo una vez en el caso de estar incluidas en más de un indicador de riesgo de pobreza y/o exclusión social de los mencionados anteriormente. Este indicador no se aplica a las personas de 60 y más años y se incluye información del porcentaje de personas en riesgo de pobreza y/o exclusión social según la Estrategia Europa 2020 por grupos de edad, por tipo de hogar, por quintil de renta y tipo de hogar, según situación laboral, según nivel de educación, según país de nacimiento.
Al grupo de personas en riesgo de pobreza y/o exclusión
social según la Estrategia Europa 2020 se les denomina ERPE (personas En Riesgo
de Pobreza y/o Exclusión) o las siglas en inglés AROPE (At Risk of Poverty
and/or Exclusión).
Por tanto, según la Estrategia Europa 2020 se consideran
personas en riesgo de pobreza y/o exclusión social a la población que se
encuentra en alguna de las tres situaciones que se definen a continuación: - Personas
que viven con bajos ingresos (60% de la mediana del ingreso equivalente o por
unidad de consumo), y/o - personas que sufren privación material severa (4 de
los 9 items definidos) y/o - personas que viven en hogares con una intensidad
de empleo muy baja (por debajo del 20% del total de su potencial de trabajo en
el año anterior a la entrevista). En caso de estar incluidas en dos o tres
condiciones, las personas se contabilizan
solo una vez. Veámoslo con un poco más de detalle.
a) Personas en riesgo de pobreza después de transferencias
sociales
Personas cuyos ingresos por unidad de consumo son
inferiores al 60% de la renta mediana disponible equivalente (después de
transferencias sociales). Los ingresos corresponden al año anterior al de la
encuesta.
b) Carencia material severa
La carencia material severa es la proporción de la
población que vive en hogares que carecen al menos de cuatro conceptos de los nueve
siguientes:
1) No puede permitirse ir de vacaciones al menos una
semana al año.
2) No puede permitirse una comida de carne, pollo o
pescado al menos cada dos días.
3) No puede permitirse mantener la vivienda con una
temperatura adecuada.
4) No tiene capacidad para afrontar gastos imprevistos
(de 650 euros).
5) Ha tenido retrasos en el pago de gastos relacionados
con la vivienda principal (hipoteca o alquiler, recibos de gas, comunidad...) o
en compras a plazos en los últimos 12 meses.
6) No puede permitirse disponer de un automóvil.
7) No puede permitirse disponer de teléfono.
8) No puede permitirse disponer de un televisor.
9) No puede permitirse disponer de una lavadora.
c) Personas que viven en hogares con muy baja intensidad de
trabajo
Personas de 0 a 59 años que viven en hogares en los que
sus miembros en edad de trabajar lo hicieron menos del 20% de su potencial
total de trabajo en el año anterior al de la entrevista (periodo de referencia
de los ingresos). Se calcula el número de meses en los que los miembros del
hogar han estado trabajando durante el año de referencia, y por otra parte el
total de meses en los que teóricamente esos mismos miembros podrían haber
trabajado. Se calcula el ratio y se determina si es inferior al 20%.
A modo de ejemplo de este indicador, en un hogar con dos
adultos en el que solo trabaja un adulto a jornada completa, la intensidad de
trabajo sería del 50%; si trabajan los dos a jornada completa la intensidad
sería del 100%; si uno de los adultos trabaja a media jornada y el otro a
jornada completa, la intensidad de trabajo sería del 75%.
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